Las barreras económicas que frenan las energías renovables
Cambiar el paradigma energético no es asunto sencillo.
Casi todos los gobiernos del mundo han decidido hacer algo por el planeta apoyando y promoviendo una transformación hacia una forma de vida más amigable con el medio ambiente.
Esto implica, principalmente, abandonar la producción de energía a base de fuentes fósiles y contaminantes. Pero, la dificultad en este traspaso reside en los considerables intereses económicos en juego, en que las energías fósiles ya están establecidas y en la feroz competencia de precios y capacidad de potencia.
Muchos gobiernos están protegiendo las energías renovables para que puedan ser competitivas, al menos en su momento inicial. España, lo hizo, subvencionando la energía solar y eólica. Hoy más del 30 por ciento de su consumo eléctrico es cubierto por energías renovables. Pero, este país, dio sus primeros pasos en un momento en que las energías renovables no estaban globalizadas, fue pionera y le costó. Actualmente el proteccionismo en el desarrollo de las renovables está siendo más severo, dejando de ser una ayuda para convertirse un obstáculo en el crecimiento de las energía limpias.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de proteccionismo? El proteccionismo no es solamente subsidiar a las energías renovables para que puedan prosperar. Hay estados, provincias y países enteros que pretenden salvarse con el crecimiento de las renovables, recurren, así, a rígidas restricciones como impuestos a las importaciones o negativas a otorgar auxilio económico si no se fabrican los componentes localmente.
En el estado de Ohio, en Estados Unidos, se ha establecido por ley que la mitad de las energías renovables consumidas deben ser producidas de manera local. Sucede igual con casi todos los estados, a excepción de California. Es decir, rechazan la idea comprar energía en otros estados. Se pretende proteger los puestos de trabajo y la naciente industria renovable en contra de las empresas ya establecidas de otros estados o países. California siendo la excepción, se expresaba a través de su ex gobernador, Arnold Schwarzenegger, diciendo que si ellos deben traer el agua desde los estados vecinos. ¿Por qué imponer restricciones a la energía renovable?
Hace unos días vimos el boom económico que está viviendo el sector de la energía solar. Unos de los mejores posicionados son los chinos, quienes, han acaparado casi el 60 por ciento de la producción de paneles solares. Estos números se deben a los bajos costos de mano de obra, el acceso a grandes capitales y una adecuada infraestructura. Anteriormente, los grandes productores y exportadores de paneles solares eran los europeos. Hoy en día, se les hace muy fatigosa la competencia y en vez de apostar al libre comercio, para mantener los bajos precios, ponen trabas económicas a las importaciones.
Algo similar ocurre en Ontario, Canadá, donde una porción destacada de los componentes de paneles solares deben ser fabricados regionalmente para poder beneficiarse de ayudas gubernamentales. Las energías renovables han creado 13 mil puestos de trabajo y el gobierno busca dejar de producir energía contaminante fomentando las inversiones para una producción local, sin embargo, lo hacen sufriendo un aumento en los precios de los productos. Aumento que es absorbido por el mismo estado. En el caso de España, el gobierno también se hizo cargo, durante muchos años del valor más alto de las energías renovables hasta que éstas pudieron establecerse con precios competitivos y soltarles, posteriormente la mano.
Introduciendo trabas en las importaciones los gobiernos que quieran producir localmente no podrán beneficiarse de la baja de costos, por lo que se reducirá el crecimiento de las energías renovables en su territorio. El gran problema es que las energías renovables seguramente seguirán siendo protegidas ya sea con subsidios, impuestos a las importaciones, devoluciones garantizadas de la inversión, préstamos favorables u otras ayudas. Si bien esto puede llegar a fomentar las economías locales sólo tendrá éxito el tiempo que dure ese socorro. Mientras tanto, la esperada renuncia a las energías fósiles y el paso a las energías limpias y renovables, indudablemente, se ralentizará.
Muchos son los gobiernos que quieren aprovechar esta naciente economía y captarla completamente. Pero, si no existe conflicto alguno con importar petróleo, gas o uranio, ¿por qué poner trabas a la importación de paneles solares, molinos de viento y otros componentes para la producción de energías renovables? El cambio de paradigma es una necesidad urgente, una transformación que necesitábamos ayer, necesaria hace diez años atrás. Tenemos sobre nosotros el cambio climático que recrudece cada año y si no implementamos las acciones requeridas, las soluciones serán cada vez más difíciles y prolongadas.
Fuente:
La Nación.com (Argentina), Rodrigo Herrera