Chilenos diseñan moto híbrida que aprovecha la energía del sol
“No tenemos que ser japoneses para hacer lo último”, dice convencido el profesor Antonino Parisi, decano de negocios en la Facultad de Ingeniería de la U. de Las Américas, quien se asoció con su hermano, Franco, vicedecano de negocios de Economía en la U. de Chile.
A Antonino lo presionó su hija Florencia. Ella, después que su papá le construyó un auto eléctrico a Antonino Jr, de 10 años, pidió una moto.
Gastón González, economista que trabaja con su decano, se sumó a un equipo de colegas y comenzaron a diseñar la idea: una moto híbrida. Si Honda tenía tanto éxito con sus autos a electricidad y gasolina, ¿por qué no una moto?
Ensamblaje en China
Optaron por el motor Hub, uno insertado en la rueda, que evita usar cadenas. Los primeros diseños datan de 1884.
Lo combinaron con un software de regulación de la fuerza, un sistema de interruptores, y lo demás, una motoneta tradicional con cambios automáticos. Pero es diferente a otras motos híbridas: ésta se carga con energía solar.
Listo el diseño, Antonino se encomendó a Dios -porque para él la mejor inversión es la oración en un mundo con tantos riesgos e incertidumbres-, y partió a China.
Tardó siete días en finiquitar la coordinación. La próxima semana llega el container con las motos modelo “Parisi”.
Está patentada ya en Chile y esperan extender su clientela.
Paneles para 3 horas
Probamos el prototipo. Requiere experiencia en conducir motos, porque no es liviana y sus respuestas son ágiles. Una ligera aceleración y las ruedas responden. Hay que regular bien los frenos de tambor.
No se ven los paneles solares.
El sol no carga la moto cuando está andando, sino mientras está detenida. Entonces el dueño abre el depósito bajo el asiento y extrae los paneles.
En 3,5 horas se carga la batería. Con eso, puede circular 20 km en el más absoluto silencio. “Tanto que estamos pensando ponerle un ruido para que la gente sepa que viene”, dice Antonino.
Pero si la Parisi circula a gasolina, hace girar el motor Hub y éste va cargando la batería.
Combinados, los motores eléctrico y a explosión hacen rendir un estanque de 4,5 litros para 600 kilómetros en un día soleado, dice Antonino.
Ya le ha ofrecido un nuevo diseño de moto a quienes custodian la frontera en el desierto: si se les acaba la gasolina, tienen el sol. Y, además, pueden avanzar en silencio vigilante.
Tiene armado el sistema de servicio; sólo falta que Transportes le dé el visto bueno final. Será un regalo de Dios.
Fuente:
www.emol.com